¡Hola! Soy Jorge. Te cuento mi historia y de cómo las artes marciales transformaron mi vida:
De pequeño fui un niño obeso, con muy mala salud y el blanco de las burlas de los demás niños. La adolescencia tampoco fue mejor. El deseo de ser aceptado me llevó a cometer errores e irresponsabilidades que tampoco sirvieron para mejorar mi relación con los demás. Mi autoestima estaba tan baja que nunca me atreví a mostrarme libremente y me encerraba entre libros y juegos de rol.
Nunca había practicado ningún deporte ya que mi condición de asmático y mi sobrepeso dificultaba cualquier tipo de ejercicio. Pero cuando nadie me veía, realizaba combates imaginarios. Pateaba y golpeaba como en mi serie de anime favorita.
Esos fueron realmente momentos de conexión con mi YO más profundo. Me sentía libre, dejaba de ser torpe, gordo y enfermo. Era alguien totalmente diferente.
Me hubiese gustado tanto aprender artes marciales…..
Así que a los 19 años me independicé y fui a la ciudad y el primer día, el primer lugar que visité fue un Dojo de artes marciales. Allí un maestro coreano daba clases y me inscribí de inmediato.
A los dos meses de practicar había perdido 8 kilos, era ágil y mi confianza había mejorado tanto que me convertí en un persona nueva. Cambió mi actitud frente a la vida. Me volví abierto y sociable. Incansable buscador de aventuras sin miedo a nada ni nadie. SIN LIMITES.
A los 2 años cambié de ciudad y de comunidad autónoma. Sentía que ya había vivido allí suficiente y busqué un lugar donde estudiar una carrera universitaria. ¿Adivináis que es lo que hice el primer día?Exacto. Me inscribí en DOS Dojos de artes marciales. Así compaginé mis estudios con las artes marciales durante tres años.
Cuando terminé los estudios volví a cambiar de ciudad y de Comunidad. Fui a compartir mi vida con una chica extraordinaria que acabaría siendo mi esposa y la madre de mis dos hijos. En Mallorca practiqué varias artes marciales pero ninguna me llenaba. Unas eran muy físicas y olvidaban la parte interna; otras usaban pies y puños pero se olvidaban de las proyecciones y luxaciones; otras eran muy fluidas pero olvidaban los saltos y golpeo….
Y es aquí donde conocí a Diego Salinas SBN y un arte marcial totalmente nuevo para mí llamado SOO BAHK DO MOO DUK KWAN. Con él aprendí que el artista marcial debe ser completo e íntegro, que el Arte no consiste en copiar y repetir movimientos sino en adaptarlos a la situación, en fluir, en ser Agua y Fuego a la vez, en expresar con el cuerpo siglos de filosofía oriental.
Y aquí estoy, después de más de veinte años estudiando artes marciales y once dedicados exclusivamente a Soo Bahk Do, a mis cuarenta y tantos años me encuentro dirigiendo un Dojang en Menorca, ofreciendo a estudiantes de todas las edades, niños, adultos y mayores la posibilidad de emprender juntos este Camino de crecimiento marcial y personal.
SABER MAS
buscando acercar este arte marcial a todos aquellos que quieran hacer un cambio en su vida. Buscando ayudar en su crecimiento personal y marcial para que juntos podamos construir un mundo SIN VIOLENCIA.
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